Esta hipótesis innovadora ha sido confirmada por el astrónomo español Juan Antonio Belmonte
El astrónomo Juan Antonio Belmonte ha confirmado la hipótesis innovadora de que la emblemática Nefertiti reinó como faraona de Egipto tras la muerte de su esposo, Akenatón, y le sucedió Tutankamón, quien probablemente fue sobrino -además de yerno- de esta pareja real que proclamó el culto monoteísta a Atón, el disco solar.
Así lo indica Juan Antonio Belmonte, que es investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias y especialista en arqueoastronomía, en una entrevista con motivo de la publicación de su libro "Pirámides, templos y estrellas: astronomía y arqueología en el Egipto antiguo", editado por Crítica. Esta obra resume 10 años de su trabajo científico basado en estudios arqueoastronómicos sobre el calendario, las constelaciones y la orientación de los templos y pirámides en el Egipto faraónico.
"La astronomía es útil para el estudio de la cronología del antiguo Egipto y en combinación con la arqueología, la epigrafía y la biología molecular puede dar una solución a un problema que no estaba claro, casi un argumento de novela negra", detalla el investigador. Se refiere Juan Antonio Belmonte a la hipótesis que explica en el último capítulo "ADN, vino y eclipses: el enigma Dahamunzu" que recoge información actualizada y muy novedosa.
"Dahamunzu" significa "la esposa del rey" y como tal se conoce a una mujer -que los egiptólogos no han logrado identificar- que tras el fallecimiento de su esposo escribió al rey de los hititas Suppiluliuma -enemigo acérrimo de los egipcios- para pedirle que le enviara un príncipe con el que casarse y convertirlo en rey de Egipto. Éste sería asesinado antes de su llegada a Egipto, quedando la personalidad de Dahamunzu sumida en la oscuridad sin conocerse a qué mujer del periodo de Amarna hacía referencia.
Hay dos grandes misterios en este período: uno sobre quién era la "Dahamanzu" y otro es el enigma sobre las relaciones de parentesco entre la familia real, pues últimamente ha habido una conciencia "bastante fuerte" de que Tutankamón era hijo de Akenatón y para algunos investigadores, su madre era además Nefertiti.
El astrónomo del IAC ha investigado entonces sobre diferentes fuentes científicas comparándolas con sus propios estudios arqueastronómicos en Tell El Amarna, donde ha confirmado que el templo de Atón está orientado con precisión al valle donde se construyó la tumba real, por donde el Sol saldría justamente en las fechas de fundación de la ciudad "reproduciendo el nombre de ésta: El Horizonte de Atón".
Para ello ha hecho uso de un nuevo dato obtenido tras una reciente excavación de la tumba de Horemheb, el influyente general de la época de Tutankamón que llegó a reinar con posterioridad: se descubrieron sellos en las ánforas de vino que dieron una nueva cronología a su reinado, de catorce años de duración en vez de veintisiete. Belmonte ha analizado además las fechas de los registros de posibles eclipses de las fuentes hititas "y todo el puzzle empezó a cuadrar", al permitir un reajuste de la cronología de la época.
Finalmente ha revisado los trabajos de genética realizados por el equipo de Zahi Hawass, exsecretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, a once momias de la familia real de Amarna. Entre ellas, las momias de los abuelos de Akenatón, su padre Amenhotep III, una reina desconocida -posiblemente Tiyi su madre-, una joven dama encontrada junto a ésta, un varón desconocido de la tumba KV55, dos momias femeninas muy deterioradas, Tutankamón y los dos fetos de niñas encontrados en la tumba de este último.
Los datos más interesantes surgieron del estudio de ocho marcadores autosómicos, que son los más empleados en la genética forense, llegando a conclusiones diferentes a las obtenidas por Hawass y su equipo. "La información clave procedente de diversas fuentes científicas ha permitido finalmente encontrar una solución: por un lado, Dahamunzu sería sin lugar a dudas la reina Nefertiti, por otro, Tutankamón no era hijo de Akenatón sino de un hermano de éste (el varón de la KV55), que tuvo además que ser un soberano ya que antes de ascender al trono el joven príncipe es mencionado como hijo del rey", explica.
A su juicio el padre de Tutankamón sería el enigmático Semenkhkare -un personaje "muy oscuro" de la época- y su madre una hermana de su esposo y, por tanto, de Akenatón, desconocida hasta la fecha: la dama joven, que, "obviamente, no es Nefertiti". En esta hipótesis "sólo hay un pequeño cabo suelto", y es que implicaría quehubo una corregencia entre Akenatón y Semenkhkare y que este último murió antes que el primero.
El investigador reconoce que las corregencias en el antiguo Egipto son "conceptualmente muy complicadas pues no podía haber a la vez dos Horus en la tierra", y sólo se han confirmado en algunos casos durante el Reino Medio, entre varios faraones y sus hijos como forma de asegurar la sucesión. Por ello Juan Antonio Belmonte señala que su hipótesis "da pie" a que la investigación sobre los enigmas del período de Amarna "aún no está cerrada" si bien "estamos muy cerca de la repuesta definitiva".